Cumple lo que dice en cuanto a purificar la piel, limpiar los poros en profundidad y dejarla suave manteniéndola equilibrada y sin irritar. Todo gracias al ácido salicílico y carbón de la fórmula (hacen que el limpiador huela fuerte como a jabón herbal, tenerlo en cuenta).
No irrita, exfolia y para controlar la producción excesiva de sebo en pieles acnéicas y/o mixtas-grasas va estupendo. Pero en pieles secas es demasiado, lo recomendaría como limpiador puntual para días de mayor limpieza y exfoliación, o para épocas en las que producimos más sebo, como verano.
A cambio de purificar, reseca mi piel hasta dejarla tirante tipo máscara. Cada vez que lo utilizo en el rostro acabo no pudiendo gesticular con normalidad hasta terminar la rutina e hidratar bien la piel. Resulta molesto e incómodo.
