Hace bien su función y, como primer paso de la doble limpieza por la noche o como paso único por la mañana, limpia bien la piel del rostro.
Tiene un fuerte olor como a regaliz y su color también es gris oscuro. Al utilizarlo el lavabo acaba siempre sucio, así que después de limpiarme la cara cada mañana tengo que limpiar el lavabo también.
Personalmente y especialmente por la mañana prefiero olores más suaves y limpiadores transparentes o blancos.